Aquí no hay poses forzadas ni reglas estrictas. Aquí eres tú, con todas
tus luces y sombras, con esa forma tan tuya de existir. La fotografía no
es solo capturar instantes, es detener lo que a veces se nos escapa: la
manera en que te miras cuando nadie te ve, la curva de tu sonrisa cuando
te sientes en casa, el reflejo de lo que eres cuando por fin dejas de
pensar en cómo deberías ser.
Trabajo con mujeres que buscan verse sin filtros ni juicios, con parejas que
quieren recordar lo que fueron antes de ser futuro, con madres que llevan vida
en el vientre y también en la piel. Retrato el amor, la sensualidad, la esencia
de quienes se entregan a mi cámara como si me confiaran un secreto.
Cada imagen es un pacto entre lo que sientes y lo que el mundo ve. Y yo solo
estoy aquí para asegurarte que lo que ves es real.
Nada de formularios fríos ni automatismos. Nos conocemos en una charla relajada de 30’, sin prisas, para conectar y empezar a imaginar juntos tu sesión íntima. Porque la confianza no se improvisa, se cultiva.
Inspiración, referencias, sueños locos. Pensamos en localizaciones, luz, ropa, texturas, sensaciones… No buscamos posar, sino crear una experiencia visual que te represente y te emocione.
Desde el primer café hasta el último disparo de cámara, estoy a un mensaje de distancia. Resolveremos dudas, compartiremos ideas y afinaremos detalles como si fuera un proyecto de dos (porque lo es).
Inspiración, referencias, sueños locos. Pensamos en localizaciones, luz, ropa, texturas, emociones… No buscamos posar, sino crear una experiencia visual que te represente.
Desde el primer café hasta el último disparo de cámara, estoy a un mensaje de distancia. Resolveremos dudas, afinaremos detalles y compartiremos ideas como si fuera un proyecto de dos (porque lo es).
Antes de que aparezca la cámara, aparece el momento. Nos reímos, respiramos, nos olvidamos del reloj. No estás posando, estás habitando un espacio seguro donde ser tú se vuelve arte.
Nada está escrito. Dejamos que el día nos guíe, que las emociones se muevan libres. Yo te acompaño y tú solo tienes que ser. Porque la belleza real no necesita guión.
Trabajo desde Maracena, pero mi cámara viaja ligera. Si te ilusiona hacer la sesión en tu ciudad, propón y lo hablamos. Las buenas historias no entienden de distancias.
Un bosque, tu hogar, una azotea, una playa… El lugar tiene que hablar de ti. Yo me adapto al escenario que haga vibrar tu historia.
Granada: 370€ Otras ciudades: lo hablamos. Esto no es solo una sesión de fotos, es un espejo que te devuelve tu luz y tu fuerza.
Una experiencia personalizada, una galería privada con fotos editadas con mimo, y un recuerdo visual que no caduca. Esto es más que contenido: es memoria viva.
Rellena el formulario y recibirás un enlace para agendar nuestro café. Desde ahí empieza el viaje: diseño, conexión y creación auténtica.
Agendar el café no te ata a nada. Es solo un primer paso para ver si esto que te propongo resuena contigo. Si lo sientes, seguimos. Si no, también está bien.
Suelo recomendar hacerlas en tu propia casa, porque al ser un espacio conocido, dará más seguridad. Aunque si la sesión la hacemos fuera de tu ciudad o si prefieres simplemente que no sea en tu casa por la razón que sea, puedes alquilar un Airbnb o habitación de hotel. Yo te ayudaré a encontrar el lugar ideal. Lo más importante es que tengamos buena luz y que tú estés cómoda.
No. Mi trabajo es guiarte y hacerte sentir cómoda. No necesitas experiencia, solo ganas de conectar contigo. Las mejores fotos nacen de la naturalidad, no de una pose aprendida.
Antes de la sesión hablaremos de estilos, colores y texturas que resuenen contigo. Puedes traer varias opciones y decidiremos juntas. Lo importante es que te sientas tú.